El síndrome del impostor afecta a muchos más emprendedores de lo que se piensa… Yo mismo siento desde hace tiempo este malestar: esta impresión de no tener mi lugar, de no estar legitimado para dirigir mi empresa (tenía 24 años cuando la creé) y, sobre todo, este sentimiento de ser demasiado joven y de carecer de credibilidad .
Recuerdo cuando empecé a vender mis joyas. Mi contador y otras marcas del sector me habían recomendado un precio para asegurar una buena rentabilidad. Sin embargo, no pude cumplirlo. Casi me sentía culpable, convencida de que mis creaciones no valían ese precio. Tenía miedo de que me juzgaran, me consideraran pretenciosa o, peor aún, que mis clientes se dieran cuenta de que "no valía la pena"... Este sentimiento es típico del síndrome del impostor.
Pero ¿por qué nos sentimos así? Este síndrome puede manifestarse de diversas maneras.
Manifestaciones del síndrome del impostor
1. Nunca reconozcas tus éxitos
Incluso después de alcanzar nuestras metas, nos cuesta atribuirnos el mérito de nuestro éxito . Preferimos creer que fue un golpe de suerte, una oportunidad caída del cielo o simplemente un feliz accidente. Durante mucho tiempo, minimicé mis propias victorias, pensando que si las había alcanzado, debía ser porque las circunstancias me favorecían, no por mi esfuerzo.
2. Sentirse sobreestimado
Cuando eres emprendedor, a veces quienes te rodean te admiran por atreverte a dar el salto. Sin embargo, en el fondo, nos cuesta aceptar estos elogios . "No es tan asombroso", me digo a menudo. "Después de todo, solo hago mi trabajo como todos los demás". Esta necesidad de restarle importancia a la propia trayectoria es otra faceta del síndrome del impostor.
3. Miedo a no ser lo suficientemente competente
Ya sea al principio de nuestra carrera o en cada nuevo hito, a menudo surge este pensamiento: "¿Por qué confían en mí? No estoy seguro de estar a la altura". Este miedo puede llegar a ser paralizante, pues nos lleva a dudar de nuestras capacidades , incluso ante pruebas objetivas de nuestra competencia. Y al mismo tiempo, al menos para mí, puede ser un motor y darnos los medios para ir siempre más allá.
4. El miedo a ser desenmascarado
El miedo a que algún día alguien se dé cuenta de que "no sabes realmente lo que haces" es un temor recurrente entre muchos emprendedores. Esta sensación de usurpar tu puesto , de haber engañado a todos, puede generar estrés constante e impedirte disfrutar plenamente de tus éxitos.
¿Cómo aprendí a combatir el síndrome del impostor?
Después de varios años, tomé medidas concretas para liberarme de ellos. No fue un proceso instantáneo, pero con el tiempo aprendí a gestionar mejor estos pensamientos intrusivos.
1. Reconocer y celebrar mis éxitos
He adquirido la costumbre de anotar mis victorias , incluso las más pequeñas, en un cuaderno. Siempre que tengo dudas, releo estas notas y me doy cuenta de lo lejos que hemos llegado. Recordar nuestros éxitos nos ayuda a comprender que no son fruto de la casualidad, sino de nuestro trabajo.
2. Cambiar mi percepción de los cumplidos
Antes, solía esquivar o minimizar los elogios. Ahora los acepto y los considero un estímulo para seguir adelante. Los comentarios positivos de mis clientes y de quienes me rodean son una verdadera fuente de motivación.
3. Acepta que cometer errores es parte del proceso.
Durante mucho tiempo, creí que cometer un error significaba que no era lo suficientemente competente. Hoy, lo veo de otra manera: cada error es una oportunidad de aprendizaje . Nadie lo sabe todo, y cada desafío es una oportunidad para crecer.
4. Estar seguro de la calidad de mi trabajo y el de mis compañeros.
Uno de los pasos clave para superar mi síndrome del impostor fue creer plenamente en la calidad de mis joyas y de mis fabricantes. Tuve experiencias difíciles, sobre todo con algunos fabricantes que ofrecían mala calidad, sobre todo en el chapado de las joyas. Me dijeron que no era su culpa, sino mía, que yo no era Hermès y que no debía exigirles calidad, sobre todo porque tenía poca experiencia.
Pero en lugar de dejar que estos comentarios me abrumaran, estas situaciones me impulsaron a ser más exigente y a rodearme de mejores personas. Al elegir socios confiables y confiar en la calidad de mis productos, fui reduciendo gradualmente mi síndrome del impostor. Hoy, estoy orgulloso de lo que ofrezco y eso me ayuda a reafirmar el valor de mi trabajo.
5. Inspírate en modelos a seguir y mentores
Lo que realmente me ayudó fue escuchar las historias de otras emprendedoras que habían pasado por las mismas dudas. Pauline Laigneau, fundadora de Gemmyo , tuvo una gran influencia en mi perspectiva, al igual que el libro " À nous la liberté " de Christophe André, Alexandre Jollien y Matthieu Ricard. También encontré mucha inspiración en los podcasts del canal de la Escuela de Empoderamiento Femenino de Marianna.
Mi consejo para quienes están empezando y están experimentando este síndrome.
-
Acepta que la duda es parte del camino. Es normal sentir estos miedos, pero no definen tu valor.
-
Rodéate de personas que te apoyen. Hablar con otros emprendedores que comprendan por lo que estás pasando puede ser un gran apoyo.
-
Valora tu trabajo. Fijar un precio justo por tu trabajo no es pretencioso; es respeto por tu talento y tu tiempo.
-
Sigue aprendiendo. Cuantas más habilidades y experiencia adquieras, más confianza en ti mismo crecerá de forma natural.
-
Atrévete a felicitarte. Todo éxito, por pequeño que sea, merece ser celebrado.
Conclusión
El síndrome del impostor no es inevitable. Es una percepción errónea que se puede deconstruir con el tiempo y acciones concretas. Mereces tus éxitos. Tu trabajo tiene valor. Y, sobre todo, mereces ocupar el lugar que te has creado.
Así que la próxima vez que surja la duda, recuerda: no estás solo y eres mucho más capaz de lo que crees.
Alejandra 🤍